Todo comenzó cuando, estudiando la migración de los cetáceos en el Atlántico, nos dimos cuenta de que prácticamente todo lo que sabemos hoy en día se basa en avistamientos costeros. Aunque recientemente varios estudios que utilizan seguimiento por satélite y foto-identificación han confirmado la presencia de un mismo individuo en diferentes áreas, las rutas migratorios del Atlántico todavía resultan enigmáticas para la ciencia. Uno de los grande retos de su estudio es el encontrar los cetáceos en alta mar, ya que realizar campañas dedicadas específicamente a tal fin supone un esfuerzo logístico y económico prácticamente inabordable. De esta manera, surgen cada día más alternativas para encontrar nuevas fuentes de datos útiles y sostenibles.
Desde la cubierta de nuestro velero, Claudio Morganti y yo, Laura González, y con esta idea en mente, entendimos que son los navegantes, que navegan por todos los océanos del mundo y son conscientes de la necesidad de su conservación, los que realmente pueden marcar la diferencia reportando sus avistamientos.
El primer paso estaba dado, y los siguientes vinieron solos. Conocer a gente con las mismas preocupaciones por el océano y su conservación , que activamente trabaja en pro de la concienciación ambiental y la hace realidad, y que tan sólo con la propia voluntad encuentra la forma de alcanzar sus objetivos (Markus Mutter – Ocean Minded, Marjo Boertien & Edwin Butter – Ocean Conservation (Mafalda Correia & Ágatha Gil), ha sido definitivamente lo que ha impulsado el nacimiento de este proyecto con energía e ilusión.
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